La premisa es sencilla, usa AXE y las chicas "llueven".
Una idea simplista, no muy inteligente y definitivamente machista. ¿Pero efectiva? Mucho.
Axe/Lynx (de Unilever) no sólo se ha quedado con el liderato del mercado en desodorantes masculinos (poniendo a “sudar” a Procter&Gamble, antiguo líder) sino que ha dictado la pauta de cómo mercadear al elusivo (y muy caprichosamente genérico) grupo demográfico de “hombres jóvenes.”
¿Cuál es el secreto del “efecto AXE”? Bueno, tengo que confesar que no lo entendí a cabalidad hasta esta semana. Y les adelanto que no tiene que ver con haber probado el producto y experimentado su publicitado efecto. I Wish!
Este fin de semana y por pura casualidad, me ví expuesto a dos producciones similares en esencia. Primero, la última versión hollywoodense de “Casanova”, (quizás la más hollywoodense y probablemente también la más alegremente inocua de todas) y la última versión “salzburguense” de otro conquistador condenado: Don Giovanni, de Mozart.
Dejando aparte las abismales diferencias en términos de apreciación artística y su disparidad de desenlace (Giacomo Casanova termina con la mujer de sus sueños y Don Giovanni se va -peluca incluida- directito al infierno en compañía de una estatua de ultratumba). La premisa es sencilla: Son víctimas de su inexplicable “don” y las mujeres no los pueden resistir. Sounds familiar?
El verdadero Casanova murió en 1798 y la autobiografía que ha inspirado su leyenda fue publicada completamente en 1960. La premier de Don Giovanni con guión de Lorenzo DaPonte se llevó a cabo en 1787. Así que como podrán ver, AXE no está contando una historia nueva. Por alguna razón (que no pretendo discutir en este escrito porque la idea es ponerlos a pensar) la historia sublimada del “conquistador” ha sido celebrada y venerada por siglos. Y desde entonces, ha vendido. Esa imagen familiar de Don Giovanni y Casanova se democratiza, globaliza y desmitifica; encarnándose (a tono con el siglo XXI) en la versión contemporánea del “conquistador urbano” o “player”.
Pero recordemos que ningún conquistador actúa solo: Don Giovanni tenía a Leporello, Casanova descansaba en Lupo, y millones de “Players” cuentan con AXE. Eso sí, usar AXE no te va a llevar al infierno, y tampoco asegura un final feliz... Bueno, quizás sí para Unilever.
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