El Código Da Vinci ya está cansando. A estas alturas el éxito de la película no corre peligro por la controversia, las posibles represalias del Opus Dei, las denuncias de la Organización Nacional de Albinismo de Estados Unidos (que recientemente condenó a Hollywood por proyectar por vez 68 desde 1960, a un albino como villano) y ni siquiera porque Tom Hanks pareciera estar necesitando un capítulo especial de “Queer Eye for the hairdo-challenged-straight-actor guy”.
Por estos días, y aún sin haberse estrenado para el público general, no se puede salir sin escuchar o leer algo sobre el tema: Periódicos, revistas, sites, libros, charlas, estudios, conversaciones de trabajo, etc. Lejos están los días donde el único lugar para recibir información de las próximas películas era la emoción de ver el prólogo en el cine.
Sea como sea la sobre exposición es mortal, sino pregúntenle a Celine Dion, (luego de “My Heart will go on”), a “Bennifer” (si es que alguien todavía los recuerda), o más recientemente a Tom Cruise, cuya taquilla de Mission Imposible III parece haber sido directamente afectada “a millón por cada salto” en el sofá de Oprah Winfrey.
La primera prueba de esta teoría se dio ayer en Cannes, donde los críticos inauguraron el festival con comentarios “tibios” sobre el guión, la adaptación y las actuaciones. ¿Ojo crítico? Nah! ¡Aburrimiento!
¿Pero me desanima eso para ir a verla? Realmente no, lo que prueba que ni la sobre exposición evitará que los estudios, distribuidores y productores recuperen los millones invertidos. Eso sí, este viernes, camino al cine iré imaginando lo que hubiera pasado si durante el último año nadie hubiera mencionado el tema y apenas esta semana nos enteráramos: “Wow, el código Da Vinci en película, ¿de Ron Howard? Y con Tom Hanks de protagonista ¡No lo puedo creer! Eh... ¿Qué diablos le pasó en el pelo?”
no se lo que otros piensan, pero estoy loco por ver la pelicual, no puedo esperar
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Pueeeesss a mi parecer fué más la bulla que película, fué lo mismo que con la Pasión de Cristo, está entretenida pero para mi no pasa a más, no afectó mis creencias o forma de pensar. Mi duda es: Porqué la Iglesia Católica insiste en manipular todo, hasta una simple película, el derecho de verla y hasta el derecho de cada quién de decidir que creer ó no? Que teme que sea revelado sobre su manipulativo imperio religioso?
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