Todo empezó como un pacto hormiga-caballero en el cual yo tomaba CocaCola todas las noches y dejaba el vaso en el suelo para que por la mañana ellas disfrutaran de la dulzura cristalizada en el fondo del vaso. Luego yo lavaría el vaso y asunto solucionado. De hecho no es tan asqueroso como se oye, después de todo eran de esas hormiguitas minúsculas que generalmente persiguen lo dulce.
Otras veces dejaba pedacitos de jamón o queso sobre el desayunador para que las hormiguitas tuvieran suficiente sustento para consumir y llevar a sus hogares. (Asumí que así como trabajadoras también eran responsables de los miles de huevezuelos que procrean).
Pero de repente algo pasó, comencé a notar que la cantidad de hormigas crecía, lo pude haber considerado como un serio problema de limpiar mejor la cocina pero decidí ignorarlo. Después de todo no hacían ningún mal sobre el desayunador o aún en el lava trastos. Opté por dejar los platos sucios con agua para que no fueran invadidos (Después me di cuenta que dejar platos y vasos con agua en el lava trastos y tardar en lavarlos, daba origen a un lindo jardín de plantitas minúsculas de tono verde-cafesoso, pero esa es historia aparte).
Todo iba bien hasta que decidí una mañana comerme un plato de mi cereal preferido. Yo ya estaba enterado de que mis "hormiamigas" compartían mi afición por la Coca-Cola, pero al parecer también preferían desayunar con cereal. Pero la sorpresa no llegó hasta el momento en que al verter la leche en el plato observé una decena de hormigas realizar nado dorsal y gimnasia olímpica en mi leche. En ese momento entendí que tenía un problema.
Revisé otros comestibles cerca y me di cuenta que de alguna manera las hormigas habían logrado burlar la seguridad de la bandita azul que cierra la bolsa de pan y disfrutaban de emparedados completos con el jamón y el queso que cargaban desde el desayunador. (Casi podría asegurar que habían organizado alguna especie de “Bistro” de moda, porque me pareció observar algo parecido a una fila de hormigas esperando lugar).
Pero el problema no quedó ahí, después de botar cereal y pan (con todo y hormigas) e irme sin desayunar al trabajo al regresar por la noche me encontré con la sorpresa de que las hormigas estaban también comiendo tres velitas aromáticas que tengo de adorno sobre el micro ondas. Esto si me confundió... esta bien que coman pan, jamón, cereal o Coca-Cola, pero... ¿Cera? Llegué a la conclusión que estas son más que simples "hormiguitas", ¡Son hormigas vandálicas dispuestas a tomar la casa completa!.
Es más, estoy casi convencido que si no tomo medidas, no será extraño llegar a casa un día y encontrar mi cama desaparecida y toda una línea de hormigas cargando mi televisor en pedazos. Por el momento les he retirado la Coca-Cola, ¡Y que ni sueñen con jamón y queso para el pan ahora cerrado con doble cinta! Ya me las imagino corriendo la voz de "¡Apartamento de soltero!", pero se equivocaron conmigo, abusaron de mi confianza y ahora les toca pagar. Limpiar a fondo la cocina sería una buena idea, pero por mientras: ¿Cuánto vale una lata de Raid?
Sabes que es lo peor que las condenadas se meten en todo lado... el otro dia las encontre dentro del tarro de la harina... ademas son como primas de Haudini por que es un frasco con "cierre hermetico" !
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