Hace un tiempo, cuando mi sobrina tenía tres ó cuatro años, sostuve con ella una conversación telefónica que más o menos se transcribe así:
“Hi Roger!”
“Hi Valerie, How are you?”
“I’m Fine. Where are you Roger?”
“I’m at my house… in
“Do you have cake at your house?”
“(..?) Yes Valerie... I have cake...”
“Do you have people to sing to you?”
“(...) Well Valerie… I guess I can ask people to sing to me!”
“Who sings to you?”
“(...) My friends Valerie!”
“Friends? Ok. Bye Roger!”
“Bye Valerie!”
En ese momento, aparte de conmoverme por su tierna preocupación (algo que me pasa frecuentemente con los comentarios de mis sobrinos), quedé meditando en el profundo significado de tan básica e ingenua necesidad.
Pero analizando la dulce y pura lógica de una niña de 4 años, podemos concluir: Si tenemos alimento que nos llena y alegra, además de gente con quien compartirlo ¿Qué más necesitamos?
Por mi parte, mientras regreso a mi país para pasar tiempo con mi familia, y mantengo contacto tanto con los viejos amigos aqui como con los que dejé en San José, felizmente me doy cuenta que tengo mucho pastel... y gente para compartirlo.
Por eso, mi más sincero deseo de nuevo año para los que leen este blog es muy simple: Que siempre tengas pastel… ¡y alguien que te cante!
Muchas gracias y igual... que este año Dios te mande a ese alguien que te "cante" al oido y que este dispuesto a comer piedras siempre y cuando este contigo....
ReplyDeleteTQM!